18 millas/30 km, 125 pies/38 m de subida
Ya que la ruta de hoy fue tan corta, mi plan fue quedarme en la habitación leyendo la novela de Isabel Allende que compré hace un par de días hasta las 10:00 de la mañana más o menos. Justo a las 9:00 un bíper electrónico muy fuerte alrededor del teléfono al lado de la cama tocó la canción "It's a Small World" dos veces. No estaba seguro de si este era un despertador automático puesto por un cliente anterior o tal vez la manera poco sutil del motel de decirme que me fuera para poder arreglar la habitación. De todos modos terminé de empacar y salí a la carretera alrededor de las 9:30. Anduve despacio, tratando de matar el tiempo. Me pareció que había menos trafico en la carretera que la noche anterior.
Una razón por la cual no continué a Concepción ayer fue que no estaba seguro
de como entrar en la ciudad. Mi guía muestra sólo el centro, no los accesos.
No quería estar tratando de descifrarlo mientras el sol se ponía. Sin embargo,
resultó fácil. En algún momento noté un sendero para bicicletas a la derecha de
la carretera. Seguí a un grupo de 10 o 12 ciclistas obviamente disfrutando de un paseo
recreativo. Un tipo iba vestido con una camiseta de muchos colores y pantalones de licra
pero la mayoría llevaba ropa normal. Parecía un paseo típico "A" (para principiantes)
del "Santa Rosa Cycling Club".
El sendero de bicicletas llevaba directamente al "Puente Viejo" que me pareció por el mapa ser una manera sin estrés de cruzar el Rio Bio Bio hacia la ciudad. Después de cruzar el puente doblé a la derecha y anduve a lo largo del sendero al lado del rio por un rato, luego doblé a la izquierda en una calle que terminaba justo en el Parque Ecuador al extremo sur del centro.
Había casetas en el parque vendiendo Permisos de Circulación. Paré para platicar un poco con un policía. Confirmó que todos, aún los turistas, tienen que comprar permisos para manejar en la ciudad. Había visto letreros anunciando estos permisos en otras ciudades también. Por lo visto, los viajeros tienen que comprar un montón de estos permisos cuando viajan por el país. Me dio un libro gratis con mapas de las ciudades publicado por Visa. Ojalá hubiera tenido el libro al principio del viaje porque los mapas muestran los accesos a las ciudades, a diferencia de los mapas en las guías que típicamente muestran solo el centro.
Encontré un banco en el parque y me senté a leer mi novela por un rato. No quise llegar demasiado temprano al hotel. Tomé una comida sin prisas en un restaurante chino a poca distancia del hotel y por fin me registré alrededor de la 1:00. La habitación estaba lista. Tuve bastante tiempo para desmontar y empacar mi bicicleta, leer un poco, y editar y actualizar mi diario en la computadora.
No estoy seguro de la distancia que anduve hoy porque la computadora de la bicicleta dejó de funcionar por un rato, pero estoy seguro de que había menos de 20 millas. Si lo hubiera sabido habría podido continuar ayer, en lugar de quedarme en Coronel.
En la tarde, comprobé con la recepcionista del hotel el transporte al aeropuerto para el día siguiente. He notado que siempre hay una línea de taxis justo en la esquina pero quise saber el precio y la duración del viaje. Me ofreció llamar para saber. Le oí hacerme una reserva en la furgoneta de enlace para la 1:00. Le dije que creía que sería demasiado tarde para un vuelo a las 2:10 y prefería partir alrededor de las 10:00 am. Supuse que llamaría para cancelar mi reserva pero aparentemente llamó para cambiar la reserva a las 10:00.
De manera que a la mañana siguiente, cuando regresé lentamente al hotel después de hacer unas compras a las 10:05, me sorprendía encontrar a un gentilhombre bastante agitado en frente del hotel informándome de que llegaba tarde. Le dije que tardaría 5 minutos en recoger mis cosas e insistió en que no tardara más de 5 minutos. Así que corrí arriba, eché las últimas pocas cosas en las maletas, y bajé los 7 pisos a la calle. Resultó que con las prisas me había dejado algo en la habitación. Mientras estaba metiendo mi equipaje en la furgoneta, ¡la recepcionista vino corriendo del hotel con mi pasaporte! En verdad estaba saliendo suficientemente temprano de forma que sin duda habría tenido suficiente tiempo para regresar del aeropuerto para recogerlo y no perder el avión, pero estoy muy, muy contento de no haber tenido que hacer eso.
No quiero aburrirle con los detalles, pero debido a la perdida de mi reserva de asiento por culpa de la aerolínea y alguna información errónea del agente de boletos en Concepción, tuve un gran lío con mis tarjetas de embarque y mi equipaje en el aeropuerto en Santiago. Baste con decir que me alegré de poder hablar suficiente español como para solucionarlo.
En el vuelo de Santiago a Dallas tuve una conversación interesante con el joven sentado a mi lado. Juan nació en Chile hace 26 años y fue abandonado a los 3 años por su madre que por lo visto tenía problemas psiquiátricos. Cambió entre varias casas de acogida hasta que por fin fue adoptado por una familia americana a la edad de 10 años y pasó los siguientes 16 años con sus 9 hermanos adoptados en California.
Recientemente descubrió el nombre de su madre y, gracias al regalo de algunas millas
"frequent flyer" de un amigo, pudo regresar a Chile para buscar sus raíces.
Había reservado una habitación, pero tan pronto como su extensa familia chilena
se enteró de su llegada, se pusieron muy entusiasmados e insistieron en que se quedara
con ellos en sus casas. Descubrió docenas de primos, tíos, y otros familiares que
nunca había conocido. Se encontró con su madre - dijo que todavía tiene
problemas. Aunque no había hablado su lengua materna durante 16 años, dijo
que su español le regresó bastante rápidamente. Ahora quiere estudiar el
español para mejorar su destreza en leer y hablar para poder regresar
a Chile y trabajar como traductor.