50 millas/80 km, 3212 pies/979 m de subida
En las primeras pocas millas por el Valle Imperial tuve pavimento en el camino
que sigue a Temuco. Luego doblé a la izquierda, crucé el puente, y
continué a lo largo de la costa en la última sección sin pavimento del tour.
El camino pareció un poco mejor hoy a pesar de áreas con grava gruesa.
Afortunadamente habían dejado una franja de grava vieja y bien apisonada en la
berma para andar. Pero tuve dos pinchazos más - pinchazos de pellizco esta vez.
Las últimas millas antes de Tirúa estaban pavimentadas y antes de eso
los trabajadores estaban pavimentando el camino. Habían terminado una pista
y estaban rodando la otra pista para prepararla. No me sorprendería si toda
la ruta de Pto. Saavedra a Tirúa estuviera pavimentada dentro de un año.
Paré para comer junto a una cascada pequeña. Alguien había construido un
canal de madera para llevar el agua al alcance pero no me atreví a tomarla.
Estas estatuas dando al mar están a poca distancia antes de entrar en Tirúa.
Me hospedo en el Residencial Kevin en la esquina noroeste del cruce, justo donde la carretera al norte sale de la cuidad. Es el alojamiento más razonable hasta este momento, 4000 pesos (menos de $8). La cama tiene un colchón ubicado directamente en los listones de madera. Sí, es tan incómodo como suena. Afortunadamente, puedo dormir sobre cualquier cosa.
Para la cena, encontré un restaurante en el segundo piso de una tienda por la
calle. Una señora en la tienda se hizo cargo de mi y me llevó arriba. Tuvimos
una buena conversación mientras esperaba mi comida. No sé cómo sabía que yo
era el ciclista que había llegado a la ciudad. O me vio o oyó el rumor.
Entre otros temas hablamos de mi idea de enseñar ingeniería en Chile.
Me pareció que ella la consideró una muy buena idea.