67 millas/108 km, 1030 pies/314 m de subida
Hoy tuve una carretera bien pavimentada durante la primera mitad del viaje, hasta que
crucé la Ruta 5 cerca de la ciudad de Los Lagos. Desde allá, la ruta
más directa es un camino sin pavimento que sigue el valle del rio Calle Calle
hasta Valdivia. Claudia de La Torre Suiza me había dicho que este camino es
razonable para andar en bicicleta y resultó ser verdad. No es tan lindo como
la ruta por el Lago Calafquén pero opino que califica como "lo normal" para
un camino sin pavimento.
Hay algunas colinas bien inclinadas, pero la recompensa es las magníficas vistas
del valle del río que pueden verse desde las cimas.
He visto muchos ciclistas en Chile pero, salvo los de la carrera el otro día,
todos han sido ciclistas de necesidad, utilizando sus bicicletas como transporte.
Hoy, poco antes de la ciudad, vi el primer ciclista recreativo. Era un
tipo vestido de licra y casco yendo en la otra dirección a toda velocidad cabeza
abajo, apenas reconociendo mi presencia. Obviamente un paseo de entrenamiento.
Cuando entré en la ciudad, estaba parado en una esquina para mirar el mapa en
mi guía turística, tratando de descifrar como ir a la calle Prat donde estaba
mi alojamiento. Una pareja amable en una minivan paró y ofreció guiarme
a la calle Prat. Tuve que correr a toda prisa a 30 kph durante varios km pero
llegué justo a mi destino.
Valdivia,
"la ciudad de los ríos", se encuentra en la confluencia de los ríos Calle
Calle, Cau Cau y Cruces justo antes de su salida al mar. La calle Prat pasa justo
al lado de la orilla. Tuve que detenerme para admirar la vista del agua con
equipos de remo practicando su técnica a las órdenes gritadas del
timonel y de vez en cuando un barco devolviendo su carga de turistas a destinos
río arriba.
La guía Lonely Planet dice, "Con una bonita escena universitaria, un énfasis
en las artes, y bastante historia - y rodeada de los encantos de la naturaleza -
Valdivia puede ser la cuidad más atractiva y agradable de todo Chile."
Según las primeras impresiones, tengo que estar de acuerdo.
Me hospedo en el Hostal Prat. Mi cuarto está en un lateral, pero aún así
tengo una buena visa del río por la ventana. Este sitio es muy recomendado
por ambas guías. Quería un buen hotel porque me quedo aquí dos días. En verdad
mi habitación es como una suite. Hay un baño grande con pasillo privado
(con cerradura), perfecto para guardar mi bicicleta. Mi baño está al fondo
del pasillo.
Pasé mi día de descano como turista. Caminé por el puente a la Isla Teja
y revisé el bonito campus de la
Universidad Austral de Chile.
Visité una pequeña tienda justo afuera de la entrada y compré un
pequeño pan muy pesado de schrotbrot alemán y una gran botella de
Coca-Cola. Me senté afuera y tomé la Coca mientras un grupo de estudiantes
que llevaban unos palos extraños ahorquillados, por lo visto de regreso de
una excursión, se sentaron para descansar unos minutos.
Hay un buen museo en la isla, en la mansión del siglo 19 de Karl Anwandter,
fundador de la primera cervecera de Chile. En la planta baja hay muebles, pinturas,
mapas y otros objetos de la época, y en el segundo piso hay una colección excelente
de artefactos Mapuche, incluso textiles, joyas y cerámica.
Más tarde visité la Feria Fluvial, el mercado al aire libre por el río
enfrente de la Isla Teja. En un lado del mercado, los granjeros ofrecen sus productos
a la venta, y al otro lado cerca del agua, los pescadores venden hileras de criaturas del
mar acompañados de los gruñidos de los leones marinos que se acercan
buscando dádivas. No compré ningún pescado pero sí conseguí unas
manzanas y un poco de miel aromática ulmo para llevar en el viaje mañana.
Fui de caminata por la calle General Lagos buscando unas finas mansiones Victorianas
que supuestamente están allá. Caminé una larga distancia pero no vi nada, así que
me volví y regresé.
Después de la cena regresé a casa por la ruta más larga por el río en
lugar de tomar el atajo por el centro. La serenidad de los reflejos de las luces
al otro lado del río, los amantes en los bancos del parque, los grupos de
jóvenes caminando y riendo, hicieron un desenlace tranquilo de un día ocupado.