Los vuelos entre San Francisco, Dallas, Santiago y Concepción transcurrieron sin incidentes. Volé con American Airlines a Santiago y con LAN Chile a Concepción. En la etapa Dallas-Santiago estuve sentado al lado de una pareja brasileña que regresaban de un viaje de esquiar en Colorado. Su vuelo tenía overbooking y optaron por regresar por Chile para recibir la compensación de $600 de la aerolínea.
Hay una escultura interesante en un atrio del aeropuerto en Santiago.
Está bien que pudieran encontrar un buen uso para todo ese equipaje perdido.
El Hotel Maquehue está en el séptimo piso - todos los números de las
habitaciones comienzan por 7. Se entra por un pasillo desde la calle en
un centro comercial y el ascensor está a la izquierda. Mi cuarto, justo
al lado del lobby, no era elegante según los criterios del Holiday Inn,
pero era limpio y cómodo. El precio era 18,000 pesos (unos $35) lo cual
es un poco caro para Chile, pero barato en comparación con los EEUU.
El hotel está ubicado en la calle Barros Arana, el centro de tiendas
y restaurantes de la ciudad. La calle en frente del hotel es peatonal,
así que el taxista tuvo que dejarme en la esquina un poco alejada.
Mi español de principiante era suficiente como para entender al conductor
comentar que, sí, el tráfico siempre es tan embotellado y, no, sin duda
no lloverá todo el día.
La Plaza de la Independencia y las calles de alredador estaban llenas de gente, aún a las 3:00 de la tarde del lunes. Traté varias veces de llamar a mi amiga Sue en California desde varias cabinas de teléfono, pero aunque las instrucciones me parecieron claras no tuve éxito. Traté varias veces más durante los días siguientes pero nunca pude hacer una llamada internacional desde una cabina en Chile. Afortunadamente, se pueden encontrar cafés de internet por todos lados menos en los pueblos más pequeños, así que me pude comunicar por email durante el viaje.
Cené en "Chela's" un restaurante económico a lo largo de la calle. Por menos de $2 tomé una sopa espesa de lentejas con un perrito caliente flotando, un panecito y una ensalada de rodajas de tomate con mucha sal.
Mi bicicleta es un modelo para turismo, el modelo Atlantis de Rivendell, equipada con "S&S couplers," enganches que permiten que la bicicleta se separe en dos partes para que quepa en una caja de 26 x 26 x 10 pulgadas (66 x 66 x 25.4 cm). Eso cumple con las normas de las aerolíneas para no considerarse extra grande así que cuenta como sólo una maleta normal de tu equipaje. Sin embargo, mi bicicleta es gigantesca, por eso tengo que desmontarla completamente para que quepa en la caja. Mi tarea durante la primera noche en Concepción fue sacar la bicicleta de la caja y montarla otra vez.
Pasé el día siguiente viendo la ciudad. Por la mañana caminé al campus de la Universidad del Bio Bio. Estaban celebrando algún tipo de evento que me parecía consistir en ponerse en fila los estudiantes y uno por uno darse de cabeza en un charco de barro mientras una gran multitud de estudiantes les animaba.
Al regresar, visité el Museo de Historia Natural. Es pequeño
pero interesante, con información sobre los recursos naturales, la
económica y la antropología de la región.
Después de comer, fui al campus de la U. de Concepción. También estaban celebrando un evento que consistía en que en los estudiantes se sentaban en círculo y otros estudiantes les echaban una sustancia viscosa en la cabeza. Más tarde, se ataron juntos por las presillas del cinturón con una cuerda y desfilaron por el campus. Había mesas montadas con letreros anunciando "Mechones." Mi diccionario dice que "mechón" significa "cantidad de pelo." Pregunté a uno de los estudiantes en una mesa. No entendí la mayoría de la respuesta salvo que se trataba de los nuevos estudiantes. (Estamos a principios del otoño aquí, el comienzo del año escolar.) Por lo visto es algún tipo de ritual de novatadas para los estudiantes de primer año.
Más tarde, mientras caminaba por la cuidad, se me acercaron varias veces jóvenes vestidos de manera rara (p. ej. sin camisa, cuerpos pintados) pidiendo "monedas." Me di cuenta de que debía ser parte del ritual de novatadas también. Había dejado todas mis monedas en el restaurante como propina así que no pude satisfacerles.
Aparte de eso, no se ven muchos mendigos en las calles aquí a excepción de un tipo sin piernas, estirado boca abajo en la calle en frente de mi hotel, con una caja de donación al lado de la cabeza. Obviamente no había caminado hasta allí, así que alguien debía haberle traído. Me sentía enojado e indignado de que alguien se aprovechara de una persona discapacitada de esa manera.
Investigué el mercado que queda a unas pocas cuadras de aquí. Allí
se puede comprar carne, verduras, y otros alimentos básicos, además
de artesanías. Compré unos suministros para el viaje de mañana.
Educación
Mientras caminaba por la ciudad vi muchas universidades,
"pre-universidades" y colegios en Concepción (y en otros pueblos
y ciudades como observé más tarde). Se ven los anuncios de ellos
en letreros y vallas publicitarias. Noté un cartel en una farmacia
Cruz Verde promocionar un concurso para compradores de sus productos
con becas de un año como premios. La Educación parece ser muy importante aquí.
Concepción es una cuidad moderna y cosmopolita pero, de manera
incongruente, se ven bastantes carretas de caballo, aun en el centro.
Más tarde las noté en otras ciudades y pueblos también. Según parece,
un caballo es más barato de mantener aquí que una camioneta pequeña,
a diferencia de los EEUU.